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Su traducción en español es “agricultura de rendimiento” y los “granjeros”, que son los farmers, “cosechan” beneficios. También, en ocasiones, se refiere a este producto financiero de DeFi como “minería de liquidez”. El Yield Farming se lleva a cabo normalmente utilizando tokens ERC-20 en Ethereum BEP-20 en BSC, así como stablecoins, siendo las recompensas siempre una forma de token. Pero como ya hemos visto, empieza a verse en otros entornos.

 

El proceso es sencillo, en primer lugar, se añaden los fondos a una reserva de liquidez, que son esencialmente, contratos inteligentes encargados de almacenar fondos para que sean usados en el mercado para otras operaciones: préstamos, intercambios, etc. Además de los rendimientos, se pagan nuevos tokens según la implementación única del protocolo con el objetivo de alentar a los proveedores de liquidez a que sigan financiando el fondo.

 

Estos tokens obtenidos se pueden inyectar, y se suele hacer, en el fondo de liquidez de un creador de mercado automatizado (Automated Market Maker o AMM) para sacarle provecho a las comisiones por transacción. En resumen, un agricultor de rendimiento gana incentivos en el Exchange y en el fondo de liquidez, por eso es tan rentable.

 

Es una práctica común que la gente cambie sus fondos entre diferentes protocolos para perseguir mayores rendimientos. Las recompensas varían en función de la cantidad y reglas en las que se basa el protocolo. Por ejemplo, en muchas ocasiones, se premia aquellas criptomonedas que no está en el mercado abierto, o que tiene poco volumen, aportando liquidez a un pool que lo premia.